Editorial Extrema 5 – ¡Los cisnes negros en la Argentina no son tan negros!

En el paisaje político, económico y social de Argentina, los cisnes negros han encontrado un terreno fértil para proliferar. Este concepto, acuñado por Nassim Nicholas Taleb en su libro “El Cisne Negro”, describe eventos raros, impactantes y, a menudo, impredecibles que desafían las explicaciones convencionales y causan un profundo impacto en la sociedad.

Sin embargo, en Argentina, la frecuencia y la velocidad de estos eventos han alcanzado niveles sin precedentes, convirtiéndose, paradójicamente, en el “cisne negro del cisne negro”. En otras palabras, la imprevisibilidad y la magnitud de estos sucesos ya no son sorprendentes, sino parte de la cotidianidad del país. Un país que es un gran auto-generador de la mayoría de esos eventos, más allá de la coyuntura internacional.

La vorágine de acontecimientos políticos, económicos y sociales se ha vuelto tan volátil y constante que los ciudadanos han llegado a acostumbrarse a vivir en un estado de incertidumbre perpetua. Ejemplos emblemáticos, como la ascensión meteórica de figuras políticas como Javier Milei, que irrumpió en la escena política con una velocidad desconcertante, ilustran esta realidad. No estoy juzgando si el acontecimiento es bueno o malo, sino solamente aclarando lo asombroso del ascenso de una persona que hasta hace poco era ajeno a la vida política del país.

Los cambios sociales también han sido vertiginosos, con un electorado que ha pasado de idolatrar el populismo estatista destructivo a respaldar el liberalismo en cuestión de años. Este giro radical en las preferencias políticas refleja la rapidez con la que se desarrollan los eventos en la sociedad argentina.

En el ámbito económico, la volatilidad es aún más extrema. Las devaluaciones abruptas y la inflación desenfrenada se han convertido en parte de la vida cotidiana de los argentinos, normalizando la incertidumbre y la inestabilidad económica.

En este contexto, la anticipación de un próximo cisne negro pierde su efecto sorpresa, ya que la población está constantemente alerta ante la posibilidad de que ocurra algo inesperado. Paradójicamente, cada nuevo evento sigue sorprendiendo con su velocidad y su impacto, desafiando incluso las expectativas más pesimistas.

¿Son realmente cisnes negros los eventos que ocurren en Argentina? La respuesta puede variar, pero lo que es innegable es que la imprevisibilidad y la rapidez con la que se desarrollan estos sucesos han alterado profundamente el curso de la historia del país, desafiando las explicaciones convencionales y obligando a la sociedad a adaptarse constantemente a un entorno en constante cambio.

Por FedeRomero de www.economiaextrema.com

9 comentarios en “Editorial Extrema 5 – ¡Los cisnes negros en la Argentina no son tan negros!”

  1. La noción de que la anticipación de un próximo ‘cisne negro’ ya no tiene el mismo impacto sorpresivo es fascinante. ¿Cómo creen que esta mentalidad de estar siempre alerta ante lo inesperado está moldeando la psicología colectiva de los argentinos? ¿Se traduce esto en un aumento de la ansiedad o en una mayor capacidad de adaptación a la adversidad?

  2. Totalmente de acuerdo con el análisis. Argentina parece sumergida en una constante vorágine de eventos impredecibles que desafían cualquier explicación convencional. Y no estamos solos en esto: la pandemia de COVID-19 ha demostrado ser un ‘cisne negro’ a nivel mundial, alterando dramáticamente la vida tal como la conocíamos

    1. la analogía del “cisne negro del cisne negro” ilustra de manera elocuente la saturación de eventos impredecibles en la vida política, económica y social de Argentina.

  3. Esto invita a cuestionar la naturaleza misma de los cisnes negros en Argentina y cómo su constante presencia ha moldeado el panorama socioeconómico del país. Argentina es un Cisne Negro no hay dudas.

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